Geoffrey Hewings y las enseñanzas de la Economía Regional: el valor de cooperar frente a competir

Este viernes 10 de marzo la Universidad de Oviedo distinguirá al Profesor Geoffrey Hewings, Catedrático Emérito de la Universidad de Illinois, con la figura de “Colaborador de Honor” de nuestra institución. Se trata de un reconocimiento absolutamente merecido tras más de una década de contribución intensa y desinteresada al desarrollo académico y la proyección internacional tanto de nuestro grupo de investigación, el Laboratorio de Análisis Económico Regional - REGIOlab, como de la Facultad de Economía y Empresa. La relevancia académica del Profesor Hewings unida a su extraordinaria personalidad ha hecho que acudan al acto decenas de los mejores investigadores y más reconocidos profesores del ámbito del análisis económico espacial de toda Europa. Oviedo será, una vez más gracias a Geoffrey Hewings, punto de encuentro internacional de la Economía Regional.
La Economía Regional es un campo aplicado de la Ciencia Económica. Se usan los conocimientos y técnicas habituales de la Economía para estudiar aspectos específicos del análisis espacial. Estudia así cuestiones como las causas de las desigualdades entre regiones o los efectos de las ciudades sobre el crecimiento de los territorios. Pero, como suele ocurrir con los campos aplicados, la Economía Regional ha desarrollado un marco teórico propio que contribuye de modo muy valioso al conocimiento general socioeconómico. Algunos de los avances más importantes de la Ciencia Económica proceden del ámbito de la Economía Regional. Conceptos o teorías clave para entender la economía de nuestro tiempo -como los spilovers, las externalidades asociadas a la aglomeración, los modelos de desarrollo endógeno o las dinámicas centro/periferia- se originaron para explicar procesos estudiados por la Economía Regional. 
Una de estas ideas que, habiendo nacido en el campo de la Economía Regional se está extendiendo y haciendo fuerte en toda la Ciencia Económica, es la importancia de la cooperación frente a la competencia. En su origen la corriente principal de la Economía puso el acento en la importancia que tiene la competencia para entender las dinámicas económicas. Según los economistas clásicos y neoclásicos es la competencia entre empresas la que garantiza equilibrios óptimos y es la competitividad la que impulsa el progreso y la productividad. Se describe así un mundo en feroz competencia como el ideal para garantizar la eficiencia, la productividad y el crecimiento. Esta idea de pivotarlo todo en torno a la competencia se aplica tanto a territorios, competencia entre países o regiones, como a empresas, competencia entre empresas como esencia misma de la economía de mercado, o a individuos, estructuras laborales basadas en una fuerte competencia entre trabajadores para obtener lo mejor de cada uno. De este modo el pensamiento de la Ciencia Económica iba divergiendo del de otras Ciencias Sociales, como la Antropología o la Sociología, que han ido aportando evidencias de la importancia de la cooperación en la supervivencia del ser humano o en la creación de estructuras sociales solidas. 
Ha sido en el ámbito de la Economía Regional donde la Ciencia Económica ha empezado a descubrir el papel de la cooperación, tan esencial como el de la competencia. En la Economía Regional hemos comprendido que las empresas compiten fuertemente en los mercados finales, pero mucho antes cooperan intensamente entre ellas. Colaboran para desarrollar proyectos conjuntos de innovación o para hacer frente a fuertes esfuerzos inversores. Cooperan, también, para desarrollar conjuntamente sus productos y para generar sinergias espaciales. Igualmente, los trabajadores compiten puntualmente por un ascenso, pero su cooperación continua es esencial. Solo las empresas que logran crear estructuras que facilitan la colaboración entre empleados tienen verdadero éxito. La cooperación no ocurre sólo entre empresas o trabajadores. Los procesos cooperativos entre regiones o países es incluso más relevantes. El éxito de la Unión Europea durante décadas ha estado basado en construir un proyecto de cooperación supranacional. Y, por supuesto, deben cooperar, aunque no siempre saben hacerlo, las distintas instituciones que se reparten el poder del Estado. 
La gente sabia no es la que tiene muchos conocimientos sino aquellos que saben aplicar adecuadamente sus conocimientos. Bajo este criterio Geoffrey Hewings es, sin duda, un gran sabio. Cualquier experto en Ciencia Regional entiende que el valor de la cooperación es tan relevante o más que el valor de la competencia. Pero muy pocos han aplicado esta lección a su vida diaria. Geoffrey si lo ha hecho. Su centro de investigación en Illinois, el REAL – Regional Economics Applications Laboratory, ha sido un ejemplo de colaboración científica de dimensiones globales. Por el REAL hemos pasado casi todos los investigadores de Economía Urbana y Regional del mundo. El ambiente allí construido era el ideal para cooperar. Pero la idea de Geoffrey Hewings de fomentar la cooperación le ha llevado al extremo de ayudar a crear nuevos laboratorios que apliquen la filosofía colaborativa del REAL a lo largo del mundo. REGIOlab es la reproducción del REAL en Europa. Hemos aprendido, a base de colaborar con Geoffrey, que en la cooperación está la clave del verdadero éxito, el de largo plazo. Cooperamos entre nosotros y colaboramos con investigadores invitados que vienen desde todas partes del mundo. Apoyados en esa cooperación crecemos y somos más competitivos. Geoffrey Hewings nos ha enseñado a alcanzar la competitividad como resultado usando la cooperación como medio.
Cooperar y colaborar son términos sinónimos. El viernes la Universidad de Oviedo nombra a Geoffrey Hewings “Colaborador de Honor” y no deja de ser casi poético que se haya escogido esta figura para reconocer públicamente a quien nos ha enseñado el valor de colaborar. 
Querido Geoffrey, muchas gracias.


Publicado en La Nueva España el 10 de Marzo de 2023

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