La rentabilidad de la Ciencia y la innovación: impacto de las ayudas a la inversión en I+D+i en la economía asturiana

Hace décadas que la Ciencia Económica ha entendido el papel fundamental que juega la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación (I+D+i) en el crecimiento de los territorios. Desde los años 50 todos los modelos teóricos han puesto la I+D+i en el centro de la capacidad de una economía para crecer. Los trabajos empíricos han ido acumulando una evidencia contundente respecto a la relación entre el volumen de recursos que se destina a I+D+i y el crecimiento y convergencia experimentados. Sin embargo, pocas veces se ha evaluado la rentabilidad concreta -a corto, medio y largo plazo- de cada euro de inversión en I+D+i en un lugar específico. Este ha sido uno de los objetivos fundamentales de la Cátedra para el análisis de la innovación en Asturias, financiada por la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado de Asturias a través del GITPA y desarrollada por la Universidad de Oviedo a través del REGIOlab. Recientemente se ha presentado el octavo informe de esta Cátedra (disponible en la web de la Cátedra: wwww.cinnova.es) en el que se ofrece una medición precisa del impacto de las ayudas para el fomento de la inversión en I+D+i hecha en Asturias durante 2021. 
Tras compilar la información disponible en registros oficiales de la Administración Regional sobre todas las convocatorias públicas de apoyo a la I+D+i en la región en 2021 se ha podido identificar que, en dicho año Asturias, fue capaz de movilizar la nada despreciable cifra de 90 millones de euros de inversión pública en I+D+i. La Universidad de Oviedo recibió un 38% de estos fondos, el sector privado en torno al 34% y un 28% se destinó a fundaciones, centros de investigación y otras instituciones. Aplicando técnicas de análisis Input-Output se ha podido medir el impacto sobre la economía regional que han tenido estos fondos. Los resultados obtenidos son extraordinariamente interesantes. 
Cada euro invertido en I+D+i en Asturias ha generado otros 1,5 euros aproximadamente en el sistema productivo regional. Esto implica que la inversión total realizada en Asturias en 2021 ha generado un impacto final sobre la economía regional de más de 231 millones de euros. Por cada millón de euros invertidos se han creado 31 empleos, lo cual supone que de la inversión en I+D+i de Asturias en 2021 realizada a través de este programa dependen finalmente 2.805 puestos de trabajo. El efecto de los 90 millones de euros invertidos ha supuesto un incremento del Valor Añadido Bruto regional de 149 millones de euros. 
Lógicamente, los sectores que recibieron más ayudas para fomentar la I+D+i, como el sector de la Enseñanza superior o el de la I+D, han sido los más beneficiados. Sin embargo, a causa de las intensas relaciones intersectoriales y los efectos en cadena, muchos otros sectores que no recibieron ayudas para fomentar la I+D+I también se han beneficiado de forma indirecta tanto en términos de aumentos en el nivel de producción como del empleo. Además, aunque es cierto que la captación de estos fondos tiende a concentrarse en las principales ciudades de la región, donde se ubica la Universidad y la mayor parte de las empresas innovadoras o centros de investigación, los efectos multiplicadores de esta inversión tienden a distribuirse de modo más repartido a lo largo de la geografía asturiana. 
No obstante, la relevancia de la I+D+i no está solamente en sus efectos a corto plazo. Su papel fundamental ocurre en el medio y largo plazo, cuando las inversiones realizadas se convierten en progreso tecnológico, desarrollo de nuevos productos o procesos o innovación organizativa que incrementan la productividad y competitividad de las economías. Utilizando una herramienta de análisis econométrico desarrollado desde la Cátedra, hemos podido establecer una previsión del impacto que esta inversión de 2021 tendrá en la próxima década. La productividad regional crecerá de media un 0,2% anual. Durante los próximos 5 años el crecimiento será mayor, cerca del 0,3%. Después el efecto de estas innovaciones se irá reduciendo, pero manteniendo su incidencia positiva en la productividad durante toda la década. Por supuesto, estos efectos se amplificarán si el esfuerzo inversor se mantiene en los próximos años sumando los impactos año tras año. 
La conclusión es clara: la inversión I+D+i es extraordinariamente rentable. Lo es a corto plazo, al generar relevantes efectos multiplicadores a lo largo del sistema productivo, pero lo es aún más a medio y largo plazo, al incidir positivamente sobre la competitividad y productividad de la región. Por supuesto, para que esta inversión logre maximizar su impacto es necesario comprender mejor nuestra economía, entender en qué sectores económicos lograr progreso científico y tecnológico puede generar un efecto mayor, y cómo funciona la propia investigación científica, qué políticas e indicaciones concretos deben acompañar a la implementación de los fondos. Los distintos informes de la Cátedra están acumulando un valioso conocimiento específico para Asturias que se podrá ir traduciendo en políticas de I+D+i cada vez más precisas y optimizadas a nuestro entorno concreto.

Publicado en La Nueva España el 14 de mayo de 2023

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