06.- El área central de Asturias: metrópoli policéntrica

La realidad cambiante del territorio. La Asturias central, con una red densa de núcleos de población, de actividades y de flujos cotidianos, es singular por su policentrismo y dinamismo. Se ha ido conformando en el tiempo.  No hay una ciudad principal.  Y si no puede entenderse sin Oviedo tampoco puede desarrollarse sin contar con su comarca ni de espaladas a las limítrofes (Gijón, Avilés, Langreo y Mieres). La clave se encuentra en  la  innovación territorial: ámbitos, objetivos, estrategias,  proyectos y  gobernanza.
“Mejorar la descripción ya es proponer” (SOLA MORALES, 1981). Y a la inversa, en materia de territorio, en el acto de intervenir se relata qué territorio se quiere construir. Por eso el Proyecto AsturiasPlan de Proyectos para el Área Metropolitana Central de Asturias (AMCA) en la Ciudad Región (C-R) propone como base la gestión compartida entre las administraciones local, autonómica y estatal (con la europea de fondo). Y no propone, en cambio, una delimitación gráfica del AMCA, porque se trata de resolver problemas mediante proyectos, problemas que no se ajustan casi nunca a los límites administrativos, sino que interesan a diferentes ámbitos geográficos, sociales, económicos, etc. Tales ámbitos superan casi siempre los límites municipales e incluso los del área central, en torno a sus cinco centros (Avilés, Gijón, Langreo, Mieres y Oviedo) y sus áreas de influencia y colisión, áreas que según los “temas” incluyen también concejos rurales (más bien,  no urbanos). 
06.1. La transformación del centro de Asturias. El movimiento continuo,  de cada núcleo y los cambios cruzados en la relación entre ellos y sus entornos. El territorio en la zona central de Asturias estuvo (y está)  mayoritariamente acompañada por el desarrollo de actividades con cierta especialización comarcal: servicios de capitalidad, siderurgia, puertos, minería… y espacios intersticiales (centrales) en expectativa de cambio de uso. Especializaciones heredadas y complementariedades entre comarcas pueden guiar los proyectos, pero evitando reproducir desequilibrios.
06.2. Los cambios en las ciudades que lo componen. Cada núcleo tiene su dinámica.  A excepción de Oviedo, que ha mantenido una estructura de una cierta rigidez por las actividades ligadas a la capitalidad, el resto de poblaciones del área central ha estado excesivamente expuesto a los vaivenes de su especialización productiva, sin haber asentado todavía una nueva posición, quizás salvo en el caso de Gijón gracias a su mayor peso económico y diversidad funcional. Afrontar los cambios es un reto.
06.3. El potencial metropolitano como gran ciudad. Desde su masa crítica, su dinamismo y las relaciones cruzadas. Con la construcción de la “Y” (gran bulevar) hace casi medio siglo se funda de facto el área metropolitana (ya prevista como comarca en 1956 por el Ministerio de la Vivienda). Un área polarizada en torno a las cinco poblaciones mayores de la región (el denominado entonces “ocho asturiano“), con una cierta comarcalización institucional en torno a ellas, pero cada vez más próximas en tiempos de desplazamiento y con un basculamiento hacia Siero-Llanera del centro de gravedad regional. El potencial del policentrismo asturiano está en funcionar como un ente urbano con más de 500.000 habitantes.
06.4. La diversidad como apuesta. Se puede y debe mantener la diversidad como “fortaleza” y no como “debilidad”. Sin renunciar a las especializaciones productivas y singularidades heredadas en el centro regional, es preciso superar la competencia local entre ciudades (ni siquiera las mayores tienen una población significativa) y concejos. Tanto de cara a la ciudadanía (por ejemplo para los intensos flujos diarios) como hacia el exterior, hay que entender, proyectar y gestionar  todo el ámbito al que llamamos Área Metropolitana Central de Asturias como un espacio urbano único.
06.5. Oviedo, capital. Oviedo, como capital, es imprescindible para cualquier debate de diagnóstico, directrices  y ordenaciónY, esto, sin entrar a valorar que el concejo de la capital no firmase el Convenio (primer paso para conformar la Conferencia Metropolitana) en cuyo proceso de debate había participado. Su centralidad y función capitalina le permiten cierto grado de autonomía, como ocurrió con el retardo en la incorporación al Consorcio del Transporte, pero el área metropolitana con una población de más de medio millón de habitantes obliga a cooperar con el resto de los municipios y a participar en entes supramunicipales, so pena de interferir en los procesos de innovación territorial en detrimento de los propios ovetenses.
06.6. La Innovación en la gobernanza para los nuevos territorios. Cualquier proyecto de innovación repercutirá en el centro regional y en la ciudad-región. Se necesita un enfoque de conjunto sin el que será imposible afrontar los desequilibrios derivados de la crisis de la industria tradicional y los retos sobrevenidos (energético, demográfico…). Hay que facilitar la transición hacia una nueva estructura económica y es básico la cooperación institucional, de manera que se trabaje con una masa crítica suficiente para competir en el “mercado” de las ciudades y de las regiones.
06.7. La resolución de los problemas locales bajo una óptica metropolitana y regional. El efecto “deslizante” de los proyectosEl prolongado y persistente declive de Asturias, con algunas excepciones muy localizadas (comarcas de Oviedo y Avilés, Gijón, costa occidental,…), junto con una creciente dependencia del exterior, obligan a priorizar proyectos y acciones pensadas para la ciudadanía (un modesto millón de habitantes) y para el empresariado regional, optimizando las inversiones y los nuevos fondos de transición, reduciendo los costes burocráticos, cooperando en la gestión, etc.
06.8. Hacer de la necesidad virtud: el Proyecto Asturias. La necesidad de un proyecto regional que sirva de referencia obligada para la acción. En un mundo donde las ciudades a partir de cierto tamaño son el motor económico y generan las regiones que ganan, actuar como una ciudad única supone para Asturias posicionarse hacia el sexto puesto del escalafón de las españolas. Hay que convertir el aparente inconveniente del policentrismo en una ventaja: ciudades y villas cuya dimensión reducida garantice una mayor calidad de vida, espacios intersticiales para instalaciones productivas compatibles, para la agricultura de proximidad y…etc.
06.9. ¿Un nuevo modelo para el territorio? En la innovación  está la solución. Innovación territorial y nuevo modelo de gobernanza, las dos caras de un reto en el proceso de implementación de proyectos que rompan definitivamente con la tendencia declinante…Proyectos mayoritariamente transversales a la gestión ordinaria administrativa regional y local, facilitadores del emprendimiento y de la inversión (la regional en primer lugar), que den respuesta sencilla (que no simple) desde diferentes ámbitos competenciales a la complejidad de la situación del territorio Asturiano.
06.10. Sin participación no hay proyectos de alcance. Los ciudadanos en el centro del debate. Proyectos desde una realidad pilotada desde Asturias y menos dependiente de decisiones externas, en el marco de un proceso desbocado de cambio de modelo social, económico y productivo, tecnológico y de valores, con el conocimiento como el factor de producción más importante. Para garantizar la apuesta de futuro, la innovación territorial tiene que ser compartida en el mayor grado posible por los agentes territoriales: políticos, empresariales, sindicales, académicos, ciudadanos…
En definitiva, el Área Metropolitana Central de Asturias en la Ciudad Región, brinda la oportunidad de atender las nuevas demandas de la ciudadanía. No solo a nivel de información sino también de decisión. Con la finalidad de mejorar la eficiencia en la gestión pública,  afianzar el sistema democrático y, también,  de asegurar el progreso económico y social tan necesario para nuestro territorio. La gestión del policentrismo dinámico y cambiante, debe ser impulsado mediante la coordinación, cooperación y colaboración institucional; la gobernanza. Para todo y con todos. 

Texto publicado en La Nueva España y elaborado por: Víctor García Oviedo (arquitecto), Benjamín Méndez García (historiador y geógrafo), Jesús Menéndez Fernández (arquitecto), Ramiro Lomba Monjardín (economista), Sonia Puente Landázuri (arquitecta) y Fernando Rubiera Morollón (economista)

No hay comentarios:

Publicar un comentario