05.- El horizonte 2030 y la nueva ciudad-territorio Asturias

Asturias y sus retos territoriales. La visión compartida de Asturias para los próximos diez (10) años, nos debe ayudar a plantear los fines alcanzables que respondan a los modelos  energéticos y ambientales, ó la sostenibilidad económica, demográfica y social, que coloquen a Asturias en la senda del cumplimiento de los diecisiete (17 ODS), Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU a través del territorio al servicio de la estrategia política. Debemos darle una vuelta a todo. Y, las nuevas generaciones, lo exigen como compromiso para el nuevo contrato social en el que estamos inmersos.
05.1. La planificación urbanística: urbana y territorial. Tenemos un modelo jurídico del suelo periclitado. España tiene dieciocho (18) legislaciones autonómicas en materia de urbanismo y ordenación del territorio, que confluyen en casi 90 Normas Urbanísticas y de ordenación territorial, (sectoriales u horizontales), entre Leyes y Reglamentos, y más de cinco mil trescientas treinta (5.330) Ordenanzas Municipales de Edificación (o construcción), dónde  Asturias, contribuye con su parte de exceso y rigidez regulatoria. Necesitamos simplificar nuestro ordenamiento jurídico, estatal y regional, que nos posibilite planificar de manera más ágil y flexible, acorde a los nuevos tiempos. Porque la  jerarquía de los planes no ha funcionado nunca, y menos ahora. Los planes deben ser de mínimos y acompañados de Proyectos Urbanos. Flash back y feed back. Es el caso, de lo que aquí presentamos,  el Proyecto Asturias: Plan de Proyectos.
05.2. El territorio resiliente. Cambiar de modelo productivo. Pasar de una lucha permanente contra la naturaleza a una adaptación a la misma. Esto es, flexibilizar nuestros entornos construidos al impacto de los efectos del cambio climático. Recuperar conceptos de optimización y adaptación al territorio y sus infraestructuras y la arquitectura vernácula, que integraba aspectos económicos, ambientales y sociales en su resultado, sumado a nuestro conocimiento actual y medios tecnológicos, puede dar altos rendimientos en la minimización de las causas del cambio climático, mediante la capacidad de autorregulación a los desastres.
05.3. La economía circular: Reducir-Reutilizar-Reciclar. Poner en marcha la Estrategia Española de Economía Circular. Esto permitiría una gestión más sostenible de la construcción, entre otros muchos campos, que consume muchos recursos y materias primas.  Industrializar y tecnificar la construcción en aras a la optimización de los recursos,  así como la gestión del ciclo de vida de los materiales utilizados, y aplicar la economía circular en su conjunto, son asignaturas pendientes para disminuir el consumo energético y descender a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero.
05.4. El invierno demográfico. Una nueva mirada al demografía. Lo que no evita que haya que intentar contener y atraer población, tanto al medio rural como al urbano, mediante la puesta en valor de nuestros recursos endógenos, los propios de nuestro medio rural, y la creación de empleo atractivo, facilitaría la re- población, siempre que vaya unido a dotar nuestro entorno construido del atractivo de una red de servicios (transporte, sanidad, escuelas…) y dotaciones complementarias (culturales, sociales…) para que los ciudadanos dispongan de una calidad de vida digna y suficiente. 
05.5. El territorio forma parte de la salud y bienestar. Un AMCA en una región metropolitana amigable. Hay que facilitar los recorridos, con baja presencia de transporte privado, y por tanto menos contaminación; espacios públicos y naturales, que favorezcan la socialización y repercuta en la salud mental de las personas; arquitectura amable que permita la relación vecinal; mezcla y complejidad de usos (residencial, comercial, productivo, ocio,…) que eviten más desplazamientos de los necesarios y faciliten la convivencia las 24 horas del día; entornos accesibles a todo tipo de personas, condición social, estado físico, edad y género; transporte público accesible y eficiente, etc, son medidas necesarias de implementar a escala de barrio en nuestras ciudades. La escala de la cotidianeidad.
05.6. El medio ambiente. Sin un ambiente sano no hay calidad de vidaEn el Área Central de Asturias (ACA) lideramos el ranking de zonas más contaminadas de España. Estén, o no, en el lugar adecuado las estaciones de medición, sea del tipo que sea la contaminación (partículas, CO2, azufre…) estemos, o no, dentro de los límites autorizados y sea cual sea su origen (transporte rodado, producción industrial, calefacciones de carbón…). Es urgente una gestión conjunta para poner en marcha medidas que puedan paliar, la falta de calidad del aire que respiramos a diario. Y la gobernanza del AMCA pasa por ser necesaria para encontrar una posible solución, así como sentar las bases de una economía neutra en emisiones.
05.7. Las energías renovables. El tiempo nos apremiaNuestro territorio, perforado como consecuencia de la minería,  al servicio de producción de energía limpia, contribuiría a la sostenibilidad ambiental, además de ser una fuente de ingresos y mantenimiento de la imagen del territorio: el paisaje. Producir energías renovables y utilizar materiales de bajo impacto ambiental, que minimice los residuos y se reciclen a través de su valorización y puesta en marcha de políticas de fomento de la Economía Circular debe ser nuestra hoja de ruta.
05.8. La Rehabilitación Regeneración, Renovación. Debemos aprovechar lo que tenemos; y, si es el caso, adaptémosloIntervenir en el parque de vivienda (como ejemplo de fábricas urbanas, más allá de las productivas y dotacionales), con criterios de enfoque integrado, que abarque a los barrios más desfavorecidos,  contribuiría a minimizar el consumo energético y la cohesión social. España cuenta con más de trece (13) millones de viviendas construidas con anterioridad a 1940, cuya calidad energética media es muy baja. Se rehabilita una media de 25.000 viv/año (Francia, una media de 400-500.000 viv/año). Si bien es cierto que Asturias lidera el ranking de CC.AA. con mayor rehabilitación, la realidad es que si se mantiene este ritmo tardaríamos ciento treinta y ocho (138) años en actualizar nuestro parque residencial con criterios de eficiencia energética, utilizando el territorio para energías renovables.
05.9. La “Innovación” como receta fundamental para conseguir los objetivos. Sin investigación e innovación no hay futuro.Fomentar la Investigación e Innovación en materia territorial, entre otras, aportaría productividad y competitividad en nuestro mercado laboral y actividad económica. Fomentar el establecimiento de una mayor transferencia de conocimiento entre la Academia y el mundo laboral, bien sea empresarial o profesional, junto con la colaboración público – privada en el modelo de co- participación  en la innovación como garantía de su  progreso y sostenibilidad.
05.10. La cooperación entre administraciones. Hace falta un proyecto político compartido. Se necesita de altura de miras y cooperación multinivel entre las distintas administraciones, (nacional, regional y local), para sacar adelante el Área Metropolitana Central de Asturias (AMCA) en la Ciudad –Región (C-R), y poder cumplir a través de ella estos objetivos planteados.  De ahí la necesidad de una re-conceptualización de las políticas de cooperación entre administraciones a través de la implementación del AMCA, como espacio de alianza, cooperación e intercambio de experiencias. Movilizar conocimientos, capacidad tecnológica y recursos.
En definitiva y tomando como referencia, de manera transversal,  una de las grandes aportaciones de las teorías feministas: considerar la diversidad. Comprender que no tod@s somos iguales, sino al contrario. Som@s de una determinada raza, condición económico- social, religión, cultura, estado físico y salud, edad…y el género es quien cohesiona todo ello. Planificar nuestras ciudades y entornos construidos pensando en esta diversidad, hará nuestro habitat más amable e inclusivo, mas vivibles y por tanto con mayor calidad de vida para todas las personas. El horizonte está al vista:  2030.


Texto publicado en La Nueva España y elaborado por: Víctor García Oviedo (arquitecto), Benjamín Méndez García (historiador y geógrafo), Jesús Menéndez Fernández (arquitecto), Ramiro Lomba Monjardín (economista), Sonia Puente Landázuri (arquitecta) y Fernando Rubiera Morollón (economista)

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