La ciudad ideal... desde la perspectiva de los niños

II Encuentros del Colegio Nazaret
La semana pasada tuve una experiencia muy bonita en el Colegio Nazaret de Oviedo. Los profesores del departamento de Ciencias Sociales me invitaron a dar una charla a sus alumnos de menos de 12 años sobre ciudades y economía, obviamente adaptando la presentación a los conocimientos que los niños de esa edad tienen. El objetivo de la charla era hablar de la ciudad ideal: como debería ser una ciudad perfecta que sirviera de base de un desarrollo económico y social sólido y sostenible en el marco de un mundo crecientemente urbanizado, además de globalizado. Un tema verdaderamente fascinante. El lector se puede imaginar que resulta aún mucho más interesante el tener la oportunidad de desarrollarlo con niños de esa edad, sin prejuicios y con una inmensa capacidad de sorpresa. De ahí que la experiencia fuese, como decía al principio, francamente agradable.
Durante 15-20 minutos realicé una presentación que traté que fuera dinámica y sugestiva para no aburrir a los chicos de 12 o menos años. Con un lenguaje sencillo fui contándoles que la ciudad ideal, en mi opinión, es aquella que consigue minimizar el impacto sobre el medioambiente, en la que sus ciudadanos se pueden desplazar sin necesidad de usar el coche, con un centro fuerte en el que las clases sociales interactúan y con barrios seguros y homogéneos y donde además sus habitantes fueran ciudadanos altamente implicados, cualificados y participativos. Les hable de Ámsterdam, Copenhague o Barcelona como ejemplos que se acercaban o trabajaban por alcanzar ese ideal. Frente a estos casos mostraba los errores urbanísticos cometidos en Los Ángeles, México, Sao Paulo o Bombay, tratando que mi charla fuese un viaje lo más llamativo y entretenido posible para no aburrir a una audiencia tan especial. Tuve que documentarme con información poco habitual para mi como saber donde vivía Hannah Montana o Justin Bieber para enganchar a mi joven audiencia.
Presentación a cargo de un alumno del Colegio Nazaret
Los chicos y chicas del Nazaret por su parte se habían preparado muy bien la sesión leyendo algún texto mío publicado en prensa y al final de mi presentación me hicieron preguntas sorprendentemente inteligentes para su edad. Eran tan buenas como inocentes, lo que mostraba ausencia de intervención adulta directa aunque era obvia la influencia de unos buenos maestros. Algunas de sus preguntas me llamarón poderosamente la atención al fijarse en cosas sobre las que los “mayores” nunca me habían preguntado en charlas similares que he tenido oportunidad de impartir entre empresarios, gestores públicos o políticos.
Una niña, por ejemplo, me pregunto cómo creía yo que debía ser la democracia ideal en esa ciudad ideal. Cuando cuento mis “rollos” nadie se sale del “guión”. Una cosa es la economía o el urbanismo y otra la política. De adultos creamos estos compartimentos estancos y creemos que la realidad no es un todo indivisible e interconectado. Pero la visión de esta niña que revela su pregunta es mucho más cercana a la realidad: la ciudad ideal debe cuidar su urbanismo y su estructura económica pero también, o quizá especialmente, su vida política con una democracia especialmente dinámica y participativa. Ser ciudadano es justamente habitar en una ciudad en la que inevitablemente aparece una conciencia democrática que, siendo francos, en nuestras ciudades puede llegar a ser mucho más directa, inmediata y flexible… menos encorsetada que la política de naciones o continentes.
Un niño advertía, con gran acierto creo yo, que si Oviedo, Gijón y Avilés tuvieran un solo equipo de futbol seguramente ese equipo sería capaz de competir en la champions league. ¡Qué razón tenía! Y lo más interesante de esa observación es que al mismo tiempo que es cierta para el futbol también es para otras muchas actividades de la economía o sociedad asturiana. Las empresas capaces de surgir y competir en una ciudad de más de 800 mil habitantes serian mucho más fuertes y capaces de competir en el resto del país, en el resto del mundo, lo mismo que ese hipotético equipo “Asturias metropolitana F.C.”. Cuando se ven las cosas con la simpleza de esta mirada, sin prejuicios, resulta todo más evidente, más sencillo.
Hubo otra pregunta que me llamo especialmente la atención por la forma extraordinariamente inteligente de plantearla: “Si usted tuviera que conseguir que una ciudad fuese muy segura ¿en que se gastaría el dinero: en policía o en educación?”. Es evidente que si queremos una ciudad segura en el largo plazo sin duda hay que volcar el gasto en educación. Pero aplicaría esta misma receta si me preguntarán en que gastaría el dinero público si quisiera una ciudad hermosa, llena de arte y cultura. La educación y la investigación traerán siempre desarrollo y una vez alcanzado el desarrollo llegara el resto. Es absurdo empezar las obras por el tejado y no fundamentar bien los cimientos, y los cimientos de todo es la educación.
Hubo otras muchas preguntas graciosas y sugestivas por lo frescas que eran. Como último ejemplo una niña me pregunto que le dijera cuales eran para mí las ciudades más ideales del mundo hoy en día y me dio mucho gusto darme cuenta al responderle que casi todas están en Europa y que muchas son españolas: Vitoria, San Sebastián, Barcelona, La Coruña... Más aún, las nuestras, las tres (Oviedo, Gijón y Avilés) son sin duda ciudades bastante ideales. Nuestra tarea es precisamente asegurarnos de que lo sigan siendo, aún más claramente, en el futuro.
Me quedo más tranquilo pensando que nuestro futuro está en manos chicos y chicas como los de este Colegio, por cierto muchos de los que hicieron las mejores preguntas de la mañana eran hijos de inmigrantes. Sin embargo ahora no paro de preguntarme en que punto de la vida dejamos de ver las cosas tan claras y las enturbiamos con prejuicios y limitaciones autoimpuestas.
Les dejo que voy a releerme El Principito

Resumen de la charla impartida en los II Encuentros del Colegio Nazaret de Oviedo. 
Más información en esta web de los II Encuentros.

2 comentarios:

  1. José Villaamil Gómez de la Torre1 de marzo de 2012, 20:14

    Buenas tardes, Fernando
    Soy José Villaamil, el profesor que estuvo a tu lado en la mesa durante la charla que diste a los alumnos del Colegio Nazaret. Para mí fue un privilegio; teniendo en cuenta además que al final resultó que eres el hermano de un compañero de pupitre en el Loyola, el pelirrojo Eloy. Oviedo será una ciudad ideal; pero siempre será Oviedín.
    Te escribo para darte las gracias por tus palabras tan generosas con los alumnos de nuestro colegio. Son generosas por los términos en los que te diriges a ellos, reconociendo su labor en la elaboración de las preguntas, y también por la extensión de tu comentario sobre la experiencia. Mañana, sin más tardar, lo dejaré colgado en el corcho de las clases para que todos puedan leerlo y si así lo consideran, escribirte. Estos días he impartido la lección del Poblamiento Urbano y ha sido un continuo citarte por lo que expusiste en la ponencia y por lo que luego respondiste en las preguntas. Me daba la sensación de tener salvaguardadas las espaldas o de leer una entrada del Diccionario de Autoridades. Como Fernando dijo… ¿recordáis lo que Fernando mencionó sobre Los Ángeles?...
    Como decía en tu presentación no hay nada como descolocar al personal e invitarles, con un toque de humor y cercanía, a mirar con otros ojos y desde otro punto de vista poniendo todos los sentidos en alerta para finalmente aprender. Y esto, querido Fernando, lo has conseguido con creces.
    Un saludo y un abrazo, desde la más cochina envidia por tu estancia en las antípodas.
    José

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    1. Muchas gracias José. Realmente fue una experiencia enriquecedora, llena de aire fresco y encantadora por vuestra acogida. Estamos en contacto. Twitter, Blogger y demás instrumentos nos unen a pesar de la distancia que puntualmente nos separa.
      Perdona por haber tardado en ver este comentario. Se me paso desapercibido.
      Un abrazo.

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