¿Estamos saliendo de la crisis?

Los acontecimientos están ocurriendo tal y como apuntaban hace unos años la mayor parte de las previsiones de los economistas: 2014 ha sido el año de inflexión, en el que ha cambiado el ciclo, y 2015 será, previsiblemente, el año en el que confirmemos el inicio de la recuperación. Sin embargo, también como se predecía, los crecimientos son tan lánguidos que asistimos a una salida de la crisis desesperantemente lenta. De hecho es tan lenta que nos hace dudar de sí estamos realmente saliendo o viviendo un periodo de permanente estancamiento. Las dudas sobre la recuperación son mayores aún en el caso de Asturias. A veces parece que lideramos la recuperación y otras parece que vamos a la cola. En este artículo repasaremos los principales indicadores de nuestra región apoyándome principalmente en los informes que mensualmente presentamos desde el Observatorio REGIOlab de la Universidad de Oviedo. 

Producción
Hace varios trimestres que la economía española ha dejado de estar en negativo: España ha crecido un 1,4% en todo el 2014 (datos pendientes de confirmar) aunque la mayor parte de ese crecimiento se produjo en el último trimestre. Por lo tanto hace tiempo que técnicamente no estamos en recesión. Asturias fue una de las primeras regiones en presentar un PIB positivo, ya desde el cuatro trimestre del 2013 mientras la mayor parte de España aún estaba en negativo. Recuerdo cuando a finales del 2013 anticipamos este dato –en la previsión que Esteban Fernández y Blanca Moreno elaboran cada trimestre para el Observatorio REGIOlab– con la alegría de tener por fin una buena noticia que contar. 
Pero, el crecimiento de Asturias se ha moderado al tiempo que el del resto de España se acrecentaba –siempre en el marco de los lánguidos ritmos de recuperación que vivimos–. Hemos pasado de estar entre las regiones que lideraban la recuperación a situarnos en el medio de la tabla. Nuestros datos reflejan prácticamente los mismos ritmos de crecimiento que finales del 2013, mientras que otras regiones están despegando con crecimientos cada vez mayores. Esto ocurre principalmente porque las cifras positivas de Asturias están, desde el principio, muy concentradas en un sector, el del metal, y en unas pocas grandes firmas. La recuperación de Asturias está lejos de ser generalizada y la concentración sectorial de nuestra economía es mayor que la que existía antes de la crisis. 

Empleo
El empleo es el indicador que más tarda en dar signos de recuperación solida en España. Sin embargo en 2014 al fin se ha frenado la tendencia de aumento de desempleo colocando la tasa de paro levemente por encima del 23%. Celebrar una cifra de esta magnitud parece macabro, pero significa 2 puntos menos de lo que llegamos a tener. Asturias esta mejor que la media nacional y salda 2014 con una cifra significativamente menor a la media de España, levemente por encima del 20%. 
Pero, los informes de REGIOlab sobre evolución del mercado de trabajo muestran como tasa de ocupación no para de descender en Asturias siendo, además, una de las regiones con menores tasas de actividad de España. Por otra parte existe una fuerte heterogeneidad entre municipios habiendo zonas que presentan tasas de desempleo por encima de la media nacional. Es especialmente preocupante la evolución de municipios muy importantes como Gijón, Cudillero o los municipios de las cuencas, entre otros. 

Cuentas públicas
A pesar de que la deuda de España ya es mayor que el 100% de su PIB la presión de la prima de riesgo ha desaparecido y las sombras sobre la solvencia de nuestro país se han despejado. Asturias es una región modélica en este aspecto cumpliendo los duros criterios de ajuste impuestos a las Comunidades Autónomas. 
Pero, en el largo plazo planea la sombra de una revisión del sistema de financiación autonómica. Las reclamaciones de independencia de Cataluña implicaran, bajo cualquier escenario, una realidad más complicada para Asturias. Se necesitan negociadores muy hábiles para salir con el estatus quo actual. En mi opinión Asturias debe exigir una financiación ponderada por el envejecimiento de la población. Una formula únicamente per capita, sin mecanismos redistribuidores como los actuales ni corrección por estructura de edad, puede perjudicarnos mucho. Todo ello coincidiendo con la progresiva desaparición de los fondos estructurales europeos más escasos y complicados de obtener. 

Inflación
Aquí el miedo es que un proceso deflacionista arruine la recuperación europea. A pesar de haber tenido por primera vez en muchos años un IPC negativo eso no significa que necesariamente estemos ante un proceso deflacionista. El problema no es que bajen los precios sino que a consecuencia de ello los consumidores prefieran aplazar sus compras. No creo que eso este ocurriendo ni en España ni en Asturias, con lo que yo aún interpretaría los ajustes de precios de modo positivo. 
Pero, si es cierto que el sector inmobiliario ha vivido con fuerza este proceso deflacionista desde el inicio de la crisis y aún no ha logrado salir de él. No se compran viviendas, en parte por la falta de crédito pero también por esta idea de que los precios seguirán bajando. Es muy difícil asistir a una recuperación firme sin un sector de la construcción mínimamente activo. Además Asturias tiene una población más envejecida y algunos investigadores han encontrado evidencia en el caso de Japón de que eso aumenta la propensión a entrar en procesos deflacionistas. 

En resumen, los indicadores no son malos, todo lo contrario, aunque a cada buena noticia le surge un “pero”, especialmente en Asturias. Técnicamente estamos saliendo de la crisis pero la salida es frágil y muy lenta. Con todo yo soy bastante optimista. Es mi naturaleza, pero tengo dos motivos para serlo esta vez: (i) el estímulo que la política más agresiva del Banco Central Europeo puede significar y (ii) la caída del precio del petróleo que actúa, de facto, como un estímulo fiscal. Estos dos elementos pueden perfilar un escenario macroeconómico de más firme recuperación que acabe sintiéndose de modo general. Lo curioso es que la recuperación pueda lograrse apoyada en dos factores absolutamente exógenos a nuestro Gobiernos. Imagino que el Gobierno nacional, y seguramente los regionales, querrán vender el éxito de su gestión cuando las cifras sean mejores, pero la verdad es que lo que nos puede salvar, el Banco Central Europeo y los precios del petróleo, viene de fuera y nuestros gobiernos, nacional y regionales, no tienen control sobre ello.

Publicado en La Nueva España el 15 de febrero de 2015
Columna "El espacio de la Economía"

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