¿Qué ciudades son más productivas? Estimaciones de la productividad del trabajo en las ciudades españolas

La difícil tarea de medir la productividad de las ciudades

Intentamos medir la productividad de todo: trabajadores, capital, empresas, países y regiones. Es normal que lo hagamos. Entre otras cosas los aumentos de productividad están detrás del crecimiento de los territorios, del aumento de la capacidad competitiva de las empresas o dan legitimidad a los trabajadores para exigir incrementos salariales. Por eso queremos saber cual es la productividad de los países y las regiones, de las empresas, de los sectores económicos… Sin embargo, para el caso de la economía española como ocurre con otras muchas, apenas existen estudios sobre la evolución de la productividad de sus ciudades, ¿por qué?, ¿deja de interesar conocer cual es la productividad de nuestras ciudades?
En realidad es todo lo contrario. En la era actual las ciudades son en el escenario principal de la actividad económica. Es dentro de ellas donde se desatan todo el conjunto de economías externas de aglomeración que se han convertido en un elemento crucial en el éxito de las actividades económicas más avanzadas e intensivas en conocimientos, tecnología o creatividad. Es, por lo tanto, sumamente importante que nos preguntemos por su productividad a través de la que podríamos medir el éxito o fracaso de acciones promotoras de la actividad creativa, innovadora o empresarial desde los contextos urbanos, cuya importancia es creciente.
La razón por la que siendo sumamente relevante conocer la productividad de las ciudades en España, como en otros países, a penas se estudia no es otra que la ausencia de datos que lo permitan hacer. La información estadística en España esta espacialmente estructurada en regiones administrativas, esto es Comunidades Autónomas o, en el mejor de los casos, Provincias. Sólo algunas fuentes muy concretas y esporádicas, como el Censo de Población, descienden al nivel municipal y nos posibilitan tener información local. Aunque es comprensible que los datos se elaboren así lo cierto es que dicha forma de organizar la información limita mucho los estudios espaciales en los que se quiera poner el foco de atención en unidades con sentido económico: áreas metropolitanas, mercados de trabajo locales, o simplemente las propias ciudades. El Bureau of Economic Analysis, oficina de estadística de Estados Unidos, es consciente desde hace tiempo de la importancia de tener este tipo de datos y ofrece la mayor parte de su información estadística por Condados, una unidad espacial a medio camino entre los Municipios españoles y las Provincias. Eurostat trabaja en este sentido aunque por el momento se enfrenta a una estructura territorial diferente en cada país de la Unión Europea que dificulta el avance. El INE no tiene en sus planes de corto o medio plazo dar pasos en la dirección de ofrecer datos con mayor desagregación espacial. Precisamente por esa razón una de las líneas de trabajo más relevantes que desde hace tiempo venimos desarrollando en el Laboratorio de Análisis Económico Regional, REGIOlab, es la de obtención de datos a escala local a partir de información agregada disponible.
En el año 2009 la profesora Colombiana Elizabeth Aponte presentó la tesis doctoral “Medición de la renta de las ciudades españolas: estimación, modelización y análisis” bajo la dirección del Prof. Dr. Esteban Fernández y yo mismo. En esa tesis propusimos una metodología basada en la Entropía Cruzada Generalizada (ECG) con la que, a partir de la información disponible en las fuentes estadísticas oficiales, somos capaces de estimar con bastante precisión el PIB de las ciudades españolas y a partir de ello deducir, por ejemplo, las cifras de productividad aparente del trabajo o Producto per cápita. Contrastamos la metodología con ejercicios de simulación y, sobre todo, comparándolos con otras metodologías mucho más costosas aplicadas en algunas regiones concretas como Aragón, Madrid o Murcia viendo que las desviaciones eran mínimas y aleatorias con lo que podíamos tener bastante confianza en los niveles de productividad que estimábamos. Este trabajo esta en proceso de publicación en una prestigiosa revista científica de econometría espacial y actualmente trabajamos junto con el profesor Lemelin, matemático y economista doctorado en Harvard y actualmente investigador del SAREL-INRS (Montreal, Canadá), en una generalización de la metodología que solventase algunos problemas que puede presentar fuera de España para su posible utilización en países latino-americanos en los que hay muy poca disponibilidad de datos a escala local.

Un primer análisis de las cifras de productividad aparente del trabajo de las ciudades españolas
Por el momento, tan enfrascados que estamos en el desarrollo y mejora metodológica que aún no nos hemos parado a estudiar los resultados que vamos obteniendo. En cierto modo este breve articulo es una primera muestra, podríamos llamarlo exclusiva, de los resultados que vamos confirmando mientras seguimos mejorando la metodología.
Dado que trabajamos con estimaciones es importante robustecerlas calculando medias para varios años y fijándose no en los datos concretos de esta o aquella ciudad sino en los niveles comparados, en las tendencias, prestando atención a las evidencias que se observan más claramente. Tras repetir el ejercicio de estimación que propusimos de 1999 a 2005, años para los que teníamos toda la información agregada que necesitábamos, podemos extraer algunas conclusiones interesantes y fuertemente fundamentadas en los resultados que alcanzamos. En general nada que no supiéramos o intuyéramos pero que la presencia de información desagregada nos confirma y cuantifica.
En primer lugar contrastamos que las ciudades presentan niveles de productividad más elevados que las zonas rurales. Identificamos con claridad una regularidad empírica generalizada a lo largo del mundo con los matices de cada país y/o continente: a medida que aumenta el tamaño poblacional se incrementa la productividad. De este modo las ciudades más grandes de España, Madrid y Barcelona principalmente pero Valencia, Bilbao o Zaragoza, entre otras, también, tienen niveles de productividad considerablemente más elevados que el resto.  Esto es una conclusión importante en la medida que confirma que el conjunto de efectos positivos que se desatan en una gran ciudad supera a las externalidades negativas que indudablemente se generan. Algunos trabajos presentaban dudas a cerca de cumplimiento de estar regularidad en algunas grandes ciudades del sur de Europa apuntando a Roma, Atenas o Madrid. Nuestros datos refutan esta idea mostrando que las ciudades españolas, al menos, siguen los mismos patrones que sus hermanas del centro y norte de Europa en cuanto a la relación entre el tamaño y la productividad.
Otra cuestión que observamos con claridad es que las zonas rurales incrementan significativamente su productividad cuando están cerca de una gran zona urbana. Es en los lugares fuertemente alejados de una ciudad de gran tamaño donde la productividad desciende claramente por debajo de la media nacional.
Entre las ciudades de tamaño medio, las más frecuentes, apreciamos diferencias interesantes que no se pueden explicar por la dimensión poblacional. Las ciudades de la costa mediterránea y el área noreste del país tienen de media niveles de productividad aparente del trabajo más altos que las ciudades similares del centro, oeste y sur de España manteniéndose también otra regularidad conocida que sitúa en esta parte del mapa español siempre las mejores cifras económicas. Las ciudades cercanas a una gran área metropolitana también presentan cifras de productividad significativamente mayores de las que están aisladas en el mapa.
Un caso especialmente interesante es el de Asturias. Las ciudades asturianas, en especial Oviedo y Gijón, se sitúan en la media que les corresponde, incluso un poco por encima, dado su tamaño poblacional. Sin embargo si las agregamos y consideramos a la Asturias central como una sola metrópoli se sitúa muy por debajo de las cifras medias de productividad que le corresponderían si la comparamos con otras ciudades de ese tamaño, incluso descontando los efectos de su posición en el mapa nacional. En este sentido cabe deducir que Asturias tiene una potencialidad de economías de aglomeración aún ampliamente desaprovechada en la misma línea con lo que concluimos en otros trabajos más centrados en el área metropolitana del centro de Asturias.

Publicada una versión más breve en Sintetia el 3 de julio 2011

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