¿Son las ciudades españolas cada vez mas dispersas? Midiendo el fenómeno de la dispersión urbana en las ciudades de nuestro país

El mapa adjunto recoge el Índice de Dispersión Urbana (IDU) calculado para las ciudades españolas a partir de la cartografía digital geo-referenciada de máxima precisión disponible elaborada por el Instituto Nacional de Geografía (ING). Dicha cartografía ha sido elaborada a partir de series de imágenes aéreas de 2002 a 2012, lo que también le confiere la mayor actualidad posible. El tratamiento de estos datos y la elaboración del IDU para España forma parte de la tesis doctoral que Víctor González Marroquín esta realizado en el seno del Laboratorio de Análisis Económico Regional de la Universidad de Oviedo – REGIOlab bajo la dirección de José L. Pérez Rivero y Fernando Rubiera Morollón y a la que ya nos referimos en la entrada del 8 de septiembre. Detalles técnicos sobre los datos y su tratamiento están disponibles en algunos de los trabajos académicos ya publicados derivados de esta tesis, como el artículo “Descripción y análisis de la huella urbanística del boom inmobiliario en Asturias mediante SIG (2996-2006)” publicado recientemente en la revista Investigaciones Regionales.
Indice de dispersión urbana (IDU) en las ciudades españolas
Este Índice de Dispersión Urbana, o variantes del mismo, ha sido utilizado por geógrafos y economistas urbanos en múltiples ocasiones. Consiste en un indicador que sintetiza el grado de dispersión de las edificaciones en un espacio concreto, como una ciudad o región. En el caso del mapa de la imagen adjunta lo que se mide exactamente es como de dispersa o compacta es la disposición de las edificaciones en las principales ciudades españolas a partir de las imágenes satelitales. Conocer el grado de dispersión de las edificaciones de un territorio es valioso porque este es uno de los fenómenos urbanísticos actuales más frecuentes y peligrosos. La generalización del automóvil como medio de transporte de las clases medias ha permitido que las ciudades crezcan mucho más dispersas posibilitando la aparición de un modelo residencial basado en barrios muy alejados de los centros de las ciudades y con amplias casas unifamiliares separadas entre sí por amplios jardines y calles. Esta disposición urbanística, propuesta formalmente por primera vez por Frank Lloyd Wright, ofrece grandes ventajas a los ciudadanos que disfrutan de este modo de vida, pero se convierte en un modo de crecimiento urbano sumamente peligroso cuando millones de habitantes de una gran ciudad tratan de reproducir este mismo modelo residencial. Las consecuencias medioambientales, urbanísticas y sociales de enormes extensiones de barrios residenciales cada vez más dispersos han sido ampliamente estudiadas y son sufridas en muchas grandes ciudades.
El fenómeno de la dispersión urbana nace en las ciudades del Oeste de los Estados Unidos a partir de los años 50, con la generalización del automóvil y el progreso de las clases medias en el país. Pero muy pronto se extiende a otros países y continentes. Es uno de los problemas esenciales en muchas ciudades latinoamericanas y esta empezando a producirse en muchas ciudades de Europa. La Comisión Europea advierte del peligro y generalización del modelo de crecimiento disperso en un informe de 2006 títulado “Enviromental aspects of urban spread in Europe”. A pesar de ello no hay demasiados trabajos para el caso español. Se ha estudiado la evolución del levante y algunos casos concretos pero nunca se ha dado una visión de conjunto del País como la que ofrece la figura adjunta.
Lo que podemos observar en el caso español es que las zonas más afectadas por una excesiva dispersión son (i) ciudades situadas a lo largo de la costa mediterránea y (ii) áreas metropolitanas que integran dos o mas núcleos urbanos previos. Este segundo punto es especialmente novedoso. Los casos del área central de Asturias, el corredor Vigo-Santiago-Coruña o la aproximación de Cáceres y Badajoz son algunos ejemplos en distintos puntos de desarrollo: casi consolidado en Asturias y en proceso en los otros dos casos. Otros ejemplos son las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao, entre otras, que en su crecimiento han engullido otras pequeñas ciudades de su interno. En todos estos lugares se identifica una propensión a la dispersión urbana que puede ser muy peligrosa en el equilibrio urbanístico futuro del lugar. Y lo más interesante es que, de nuevo (véase la entrada del 8 de septiembre y la del 1 de septiembre de este mismo blog), sólo a través de una planificación metropolitana integral es posible abordar el fenómeno. Mientras, el urbanismo de nuestras ciudades sigue operando políticamente en el nivel municipal desde donde es imposible abordar aspectos que le transcienden como la tendencia a la dispersión de los entornos metropolitanos.



Publicado en  "La riqueza de las regiones", blog de la AECR en ABC: http://abcblogs.abc.es/riqueza-regiones/ 

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