Uno de los principales problemas de largo plazo de la socio-economía de España y Europa es sus elevadas tasas de envejecimiento. En el contexto de alto desempleo, desigualdad y crisis económica que estamos viviendo es lógico que hayamos volcado toda nuestra atención a los fenómenos de impacto inmediato olvidado que el envejecimiento de Europa, en general, y España en particular, ha seguido avanzando y alcanza niveles cada vez más preocupantes. Las proyecciones de Eurostat revelan que en 2080 la población mayor de 65 años superara ampliamente 1/3 del total de población de la UE-28. España es uno de los países con mayor tasa de envejecimiento actual y se prevé que la cifra en el 2080 superara ya el 40%. Sólo la recepción de inmigrantes logaba contener la evolución del envejecimiento. La crisis económica ha provocado flujos negativos lo que ha acelerado nuevamente la velocidad a la que España envejece. Se han diseñado políticas paliativas y buenas prácticas para mejorar la calidad de vida de los mayores. Se han propuesto ideas originales que ayudan a frenar momentáneamente la tendencia en algunos lugares concretos. Pero la realidad es que no existe la fórmula mágica que logre frenar esta tendencia al envejecimiento generalizado de Europa y España.
Ante esta realidad se requieren estudios que analicen el fenómeno desde distintas perspectivas y prevean sus consecuencias y el modo de anticiparlas o derivarlas, en la medida de lo posible, a nuestro favor. ¿Qué impacto tendrá el envejecimiento sobre la dinámica de las economías? ¿Cómo hacer sostenible el sistema de pensiones o salud en este contexto de creciente envejecimiento? ¿Cómo financiar políticas y costes derivados del envejecimiento?..
Dentro de las múltiples cuestiones que podemos estudiar en relación con el envejecimiento en el Laboratorio de Análisis Regional de la Universidad de Oviedo (REGIOlab) hemos centrado nuestra atención a la perspectiva espacial. Unido al creciente envejecimiento encontramos que el mismo no es homogéneo espacialmente. Hay territorios, los mas rurales del interior y Noroeste peninsular, que alcanzan ya altísimos niveles de envejecimiento junto a otros que consiguen evitar, al menos momentáneamente, las altas tasas medias generales de mayores de 65 años.
A modo de imagen sintética de las desigualdades territoriales existentes podemos presentar el mapa que se adjunta donde se representa un coeficiente de localización de la población mayor de 65 años. Este coeficiente es calculado de modo estándar: población mayor de 65 años del territorio entre la población total del mismo dividido por el mismo ratio para el conjunto nacional. Se aplica para cada uno de los 8.106 municipios españoles pudiendo tener así una imagen altamente desagregada de los lugares más “especializados” en población mayor de 65 años. El mapa resulta muy revelador de la altísima heterogeneidad existente. El Noroeste y centro peninsular (corona alrededor de Madrid con predominancia al norte) muestran las mayores especializaciones en mayores. La costa, municipios urbanos del sur y las grandes ciudades del eje Noreste de la península escapan aún de ese alto nivel medio de envejecimiento.
El hecho de que el fenómeno del envejecimiento este desigualmente repartido en el espacio tiene consecuencias muy desiguales sobre los territorios y debería ser tenido en cuenta en las negociaciones de financiación autonómica e incluso de la Administración Local así como en el diseño de políticas públicas diferenciadas por regiones.
Publicado en "la Riqueza de las regiones", blog de la AECR en ABC
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