En el libro que el Profesor Polèse y yo hemos editado recientemente, “Economía Urbana y Regional. Introducción a la Geografía Económica”, se realiza una revisión de las principales aportaciones de este campo de conocimiento en los últimos años. La mayor parte de las cuestiones que se tratan de modo teórico en ese texto, pensado para su uso en las Facultades de Economía y Empresa, pueden ser de ayuda en los debates sobre la política regional y urbana más apropiada para el Principado de Asturias. En esta serie de tres artículos hemos discutido, sobre todo, en torno al papel de las ciudades en el desarrollo de la región. Así dedicamos el primer artículo a reflexionar sobre las ventajas de las grandes ciudades y las posibilidades del área central de nuestra región. En el segundo artículo hemos analizado los problemas que toda gran urbe genera y los desafíos concretos de las ciudades del Principado. En este tercer y último artículo proponemos algunas reflexiones generales sobre política regional y urbana motivadas por experiencias acumuladas o el conocimiento generado por la disciplina de la Economía Regional. De modo sintético podemos plantear seis cuestiones que consideramos especialmente interesantes para el debate.
Primero: el mercado como límite de la capacidad de la política regional y urbana.
No debemos creer que la acción política, por bien diseñada que este, es capaz de alterar los equilibrios a los que tiene el mercado. Una economía de mercado deja en manos del mismo las decisiones de precios y cantidades pero también tiene su expresión en el espacio a través de las decisiones de localización de empresas y personas. La intervención del Estado tiene sentido cuando los mercados fallan, más allá de eso se pueden tratar de alterar los equilibrios que se determinan y que no nos resultan satisfactorios pero sabiendo que las posibilidades son muy limitadas. No se puede ir completamente en contra de las tendencias del mercado. Las empresas se ubican en unas ciudades y no en otras por decisiones de mercado llevadas al espacio, podemos potenciar unos lugares, hacerlos más atractivos, atraer a empresas o personas a ubicaciones que en realidad ya están entre sus potenciales lugares de localización, pero no podemos desviar las decisiones de localización naturales. Cualquier política que desconozca las tendencias naturales o ignore la realidad fracasara.
Segundo: existe en Asturias una especial necesidad de coordinar las acciones políticas de los municipios entre si y con el Gobierno del Principado.
Este punto esta muy relacionado con el anterior. El área central es una ciudad de ciudades que, como veíamos en los artículos previos, constituye una estructura con especiales dificultades para aprovechar las potencialidades de las aglomeraciones urbanas y que, sin embargo, tiende a incrementar los problemas de la urbanización. Si cada municipio actúa por separado, reproduce políticas y no se coordina con otros esta realidad se potenciara. Hace falta coordinar las políticas reforzando los transportes públicos, el diseño de un plan urbanístico común, un plan de infraestructuras común… y todo ello debe ejecutarse teniendo en mente el modelo de ciudad que nos gustaría tener dentro de 50 años cuando el centro de la región sea probablemente una ciudad única y continua. Si no hacemos esto es probable que las empresas escojan otros lugares para su ubicación o desarrollo.
Tercero: la era de las infraestructuras ha pasado, estamos en la era de la innovación.
Esto no significa que las infraestructuras, tipo el AVE, el “superpuerto” de Gijón o la que se nos pueda ocurrir, no sean importantes para la región. Probablemente tendrán todas un impacto positivo. Sin embargo, en mi opinión, el debate y los recursos deberían ir estando ya centrados en otros aspectos. Necesitamos confiar e impulsar nuestras potencialidades humanas y diseñar todo tipo de políticas que dinamicen nuestra actividad social y económica. Se necesitan, más que infraestructuras físicas, acciones y políticas muy decididas de apoyo a la investigación, el desarrollo y la innovación, el impulso de las redes sociales y la iniciativa empresarial y cultural en las ciudades de la región, la promoción de los proyectos emprendedores a todos niveles: dentro de las empresas, desde la Universidad o entre los parados (autoempleo). Pensemos que la economía Asturiana esta cambiando y que, en consecuencia, nuestra región es cada día menos industrial y más terciaria lo que implica que necesitamos transportar menos cosas pero generar más ideas. Hace falta cambiar la mentalidad de la región, hacerla menos dependiente de las infraestructuras de transporte o las ayudas que vengan desde fuera y más capaz de impulsar sus propias potencialidades.
Cuarto: la dimensión en la que se actúa es fundamental.
Cada tipo de política tiene su ámbito espacial adecuado. Hay acciones que funcionan mejor en el nivel más local, otras es mejor ejecutarlas a un nivel autonómico pero son muchas las acciones en las que es preciso trabajar de modo coordinado entre autonomías. Asturias es una región pequeña. Ciertas decisiones es bueno coordinarlas con otras autonomías. Sería bienvenido un foro propio de las regiones del norte peninsular.
Quinto: es crucial confiar más en los estudios técnicos.
Necesitamos análisis a priori que estimen el impacto de las políticas o infraestructuras que se valoren acometer. No hay suficientes estudios sobre si el puerto de Gijón puede llegar a funcionar dados los flujos comerciales existentes, sobre el impacto que puede tener en todos los sentidos el AVE Asturias. Antes de tomar decisiones hacen falta recabar este tipo de análisis técnicos que estudien los distintos aspectos de cada posible proyecto y permita tomar decisiones entre las posibles alternativas. En el caso de políticas de impulso de la innovación la evaluación a posteriori es aún más importante para saber si lo puesto en marcha ha funcionado o no y de este modo decidir reforzarlo o abandonarlo. Pongamos la imaginación a funcionar en el diseño de políticas pero hagamos luego análisis técnicos para valorar sus efectos.
Sexto: los “implantes” no suelen tener éxito en las políticas de desarrollo regional.
Es necesario tener mucho cuidado con no implantar en nuestra región lo que observamos que ha tenido éxito en otros sitios. La realidad de cada región y de cada momento es muy diferente. Lo que ha funcionado bien en un lugar puede no hacerlo en otro. Hay que tener en cuenta las especificidades de cada lugar, de cada momento.
Además hay que tener en cuenta que ciertos “efectos” que se agotan y no son posibles más allá de la primera vez que se producen. Un buen ejemplo de ello es el llamado ya como “efecto Guggenheim”. El museo Guggenheim supuso para Bilbao un impacto urbanístico y económico impresionante. Fue tan llamativo que todas las ciudades, todas las regiones, han querido tener su propio “efecto Guggenheim”: una infraestructura emblemática a través de la que se produjera una transformación urbanística e incluso de la estructura económica de la ciudad. Se han multiplicado así los proyectos llamativos con edificios o infraestructuras emblemáticas a lo largo de casi todas las ciudades españolas, pero el efecto ya no previsibles que sea el mismo simplemente porque hay un agotamiento de los impactos de una acción que se ha hecho repetitiva en muchas ciudades al mismo tiempo.
Esto son algunas de las reflexiones que podemos plantear entre otras muchas. No corresponde aquí hacer un análisis más profundo, que ni el foro ni el espacio permite, pero si trasladar estas cuestiones simplemente para intentar que el debate sobre la política de desarrollo regional de Asturias no este tan centrada en las infraestructuras y si en las propuestas de acciones de innovación e impulso de la cultura emprendedora desde la base de las dinámicas que, si es adecuadamente conducida, se puede generar en la conurbación urbana que esta surgiendo en el centro de Asturias.
Publicado en La Nueva España el 6 de abril de 2010
Sobre el cuarto punto que menciona Fernando Rubiera véase este reportaje de La Nueva España que se titulo en su día "La alianza del Cantábrico":
ResponderEliminarhttp://www.lne.es/asturias/2010/02/08/mapa-realidad/870278.html
Ver la entrevista publicada en La Nueva España el 24 de Mayo del 2010:
ResponderEliminar«El ´efecto Guggenheim´ sólo se produjo una vez, no se va a conseguir más»
«En Asturias tenemos el Calatrava, el Niemeyer y la Laboral, cuando lo que creo que había que hacer era apostar por un gran superproyecto»
Enlace en http://www.lne.es/asturias/2010/05/24/efecto-guggenheim-produjo-vez/919575.html