08.- Asturias en España: área metropolitana en un entorno de calidad

“Todo texto tiene su contexto”. La representatividad de Asturias frente al conjunto del Estado es mayor si se hace referencia al área metropolitana que si se interpreta en clave puramente regional o autonómica, con espacios urbanos que aún pueden contar con gran capacidad de acogida y que pueden ejercer de cabeza tractora del resto de la Comunidad. Es la mirada del Proyecto Asturias: Plan de Proyectos.
En España son más que consabidas las múltiples virtudes de Asturias: clima templado, gastronomía, proximidad mar y montaña, buena imagen de la marca paraíso natural. Quizás lo único que se pueda echar en falta para contar con una buena proyección sea una masa crítica suficiente que, como diría Galileo, “sin embargo, tenemos”:    
08.1. Mayor peso metropolitano que regional. Como región, Asturias supone poco más del 2% de España tanto en superficie como en población, lo que nos sitúa en un lugar discreto dentro del conjunto del Estado: décima Comunidad por superficie y decimocuarta en población sobre un total de diecisiete; más disimulado por provincias, trigésima en superficie y decimocuarta en población sobre un total de cincuenta). Pero desde una perspectiva metropolitana, el AMCA (en torno a 800.000 habitantes) es la séptima por población, con una representatividad del 3,7% si se consideran aglomeraciones urbanas de más de 500.000 habitantes. 
08.2. En primera línea o líder de una segunda. La séptima posición sobre las 51 aglomeraciones urbanas definidas por Ministerio de Fomento (si bien la mitad no deberían considerarse por contar con menos población que el concejo de Gijón) sitúa al Área Metropolitana Central de Asturias (AMCA) en el “top ten” (diez primeros) de las áreas metropolitanas españolas; al tiempo que podría ser la primera de un segundo grupo, una vez descontadas las seis más relevantes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Bilbao). Además, el AMCA se sitúa como la segunda mayor entidad metropolitana del noroccidente español, por detrás de Bilbao.
08.3. El cuadrante Noroeste. Y en el cuadrante Noroeste (Galicia, Principado de Asturias, Cantabria y Castilla y León) el AMCA es, de manera destacada, el mayor espacio urbano; y, además, ocupa una posición más central que las otras áreas urbanas del cuadrante (Vigo-Pontevedra, A Coruña, Santander y Valladolid), lo cual le confiere ventajas de situación. Siendo el cuadrante el ámbito más envejecido del país, cualquier estrategia estatal de recuperación demográfica y socioeconómica debería pasar por el Área Metropolitana Central de Asturias.
08.4. La relevancia del espacio interior. A diferencia de las demás conurbaciones citadas, la estructura polinuclear reticulada del AMCA presenta ventajas para amortiguar los efectos negativos de los continuos urbanos en diferentes aspectos: congestión de tráficos, polución, áreas preferentes o marginación de espacios, sobrecostes de equipamientos e infraestructuras, etc. Fundamentalmente, se mantienen las ventajas de ciudades medianas y pequeñas sin perder los principios de las economías de aglomeración. Sólo hay una situación análoga en Bahía de Cádiz-Jerez (640.000 habitantes); y por encima de 400.000 habitantes (la mitad del AMCA) sólo algunos “sistemas binarios” como Alicante-Elche, Vigo-Pontevedra o Gran Canaria-Telde. El cuidado de esos intersticios o espacios libres se convierte en un aspecto esencial para mantener las ventajas.
08.5. La capacidad logística e industrial. La cada vez menor “usanza industrial tradicional”, en gran medida como resultado de un nuevo mundo, no está reñida con mantener una gran capacidad de desarrollo en el sector, por la presencia aún de grandes y modernas empresas industriales, y por contar con dos enormes superficies pendientes de ocupar (Zalia y Bobes) que suman más de cinco millones de metros cuadrados brutos, así como diversos espacios productivos pendientes de desarrollo y otros “en reconversión”. Además, se cuenta con una capacidad logística importante, encabezada por dos puertos separados por menos de 25 millas, que previsiblemente tendrán una buena conexión ferroviaria con la Meseta cuando concluyan las obras de la Variante de Pajares.
08.6. Los suelos públicos urbanos para proyectos singulares. El volumen de terrenos urbanos, vacantes o a regenerar, de diversos entes, empresas y organismos de ámbito público o de la propia Administración, parece suficiente para anclar una estrategia más allá de la local e incluso de la regional. Pues a los citados en el punto anterior hay que añadir otros como los del antiguo HUCA y la Fábrica de Armas en Oviedo; el área de ampliación del Parque Científico y Tecnológico y el Solarón en Gijón; la Isla de la Innovación y las Baterías de Cok en Avilés; los activos ociosos de HUNOSA en las cuencas del Nalón y Caudal; con abundancia de suelos públicos en algunas de las mejores zonas urbanas de la región, más propio de metrópolis mayores. 
08.7. La diversidad de espacios. La disponibilidad de grandes espacios disponibles metropolitanos y en los concejos mayores evidencia que el AMCA ya no es un espacio de monocultivo minero-industrial y que puede y debe dar cabida a la diversificación y a la innovación; que, sin renunciar a las bases industriales heredadas, debe apostar por hacer valer las ventajas de situación movilizando los ámbitos disponibles con actividades complementarias entre sí, hacia un desarrollo más complejo y equilibrado.
08.8. La variedad del paisaje. El factor paisaje, no sólo en términos estéticos, sino también de calidad de vida, siempre ha sido un elemento destacado en Asturias y el propio AMCA. Una costa con una montaña muy próxima que cuenta con numerosos “miradores”, casi un tercio de espacios naturales protegidos, áreas urbanas y asentamientos rurales intercalados con prados y monte, gran diversidad de patrimonio cultural… Todo ello rompe con la mayor monotonía de otras regiones y, al igual que el ítem anterior, conlleva una considerable y excelente oferta.
08.9. El AMCA - en la Ciudad Región- como elemento tractor. La insistencia en el AMCA puede dejar cierta sensación de olvido en las zonas aparentemente excluidas. Al contrario: un área metropolitana dinámica tiene capacidad para desarrollar la Ciudad-Región (producciones agrarias de proximidad, espacio residencial y ocio, actividades productivas asociadas, equipamientos públicos, etc.). Y, desde luego, una oportunidad para el empleo cualificado que tiene que buscar acomodo fuera de la región pueda encontrarlo aquí, de manera que recuperada puesta en juego la masa crítica suficiente Asturias pueda convertirse de nuevo en receptora neta de inversión, actividad y empleo en un entorno de calidad, con una imagen del conjunto regional potente. De ahí el empleo del concepto de gran ciudad o región metropolitana.
08.10. El momento de la cooperación y el peligro de la desidia. Citándonos a nosotros mismos, “ni el mundo, ni Europa, ni España esperan por Asturias”. Aun siendo mucho menores, Vigo ya ha puesto en marcha su área metropolitana y A Coruña parece estar en proceso (AMAC). El Gran Bilbao, por su lado, lleva años operando. Es hora de encarar el futuro con una estrategia decidida.
En definitiva, no cabe quedarse al margen de la red europea de ciudades ni en la marginalidad entre las peninsulares. No cabe duda de la complejidad de gestión de una metrópoli polinuclear pero, dado que contar con varios centros y con múltiples espacios compartidos es una ventaja comparativa, aunar esfuerzos es una obligación, aunque solo sea por instinto de supervivencia. Las sinergias de la cooperación deben dejar atrás las inercias, la espera de remedios externos y la competencia esterilizante entre concejos. Es hora de convertir los retos en oportunidades y de recuperar para Asturias posiciones de cabeza, perdidas ya hace demasiadas décadas. Hay que creer que “juntos somas más fuertes” y obrar en consecuencia.

Texto publicado en La Nueva España y elaborado por: Víctor García Oviedo (arquitecto), Benjamín Méndez García (historiador y geógrafo), Jesús Menéndez Fernández (arquitecto), Ramiro Lomba Monjardín (economista), Sonia Puente Landázuri (arquitecta) y Fernando Rubiera Morollón (economista)

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