El consejero de Presidencia, Guillermo
Martínez, presentó el jueves 2 de octubre de 2014 el informe Análisis de la situación y perspectivas demográficas del Principado de Asturias y revisión de las políticas aplicadasen Europa para el diseño de una agenda demográfica, un documento encargado
por el Gobierno autonómico a la Universidad de Oviedo para obtener una
radiografía clara de la situación demográfica actual, analizar sus
consecuencias e identificar posibles soluciones.
Las bajas tasas de natalidad,
el alto nivel de envejecimiento y la pérdida continuada de población son, como consta
en el documento, los tres principales problemas de Asturias en este ámbito. El
estudio coordinado por Fernando Rubiera, Laboratorio de Análisis Económico
Regional - REGIOlab, de la Universidad de Oviedo, refleja que el comportamiento
demográfico de la comunidad únicamente puede entenderse en el marco de las
dinámicas poblacionales que afectan a Europa. El Principado, como región
periférica, se queda al margen del eje central de desarrollo europeo, que
abarca la mayor parte de las grandes urbes del continente, y del centro
económico español, un rombo situado en el noreste peninsular con vértices en Madrid,
Barcelona, Bilbao y Valencia. Para las áreas periféricas el éxito económico resulta
más complicado y la tendencia a la emigración y a la pérdida de población es más
acusada.
El informe también se detiene
en las diferencias que se producen dentro del propio Principado, donde el área
central afronta problemas demográficos similares a los del resto de España,
mientras que el entorno rural se caracteriza por un elevado nivel de
envejecimiento y una tasa de natalidad muy baja, indicadores especialmente
acusados en el interior y más moderados en la costa. Estos desequilibrios tienden
a agravarse con los flujos migratorios intrarregionales hacia el centro de la comunidad
y, más concretamente, hacia las tres grandes ciudades: Oviedo, Gijón y Avilés.
La dispersión residencial es
otro de los apartados que se estudian en el documento y que afecta, en
diferente medida, al entorno rural y al urbano. En el caso del área central, la
tendencia a la dispersión se explica por el desarrollo de una zona
metropolitana que no tiene un solo centro, sino varios, porque surge de la
integración de tres ciudades y de varios núcleos de población importantes en su
entorno. Por su parte, el medio rural presenta altos niveles de dispersión,
pero el reducido crecimiento que se produce en esta zona se sitúa en entornos
ya previamente edificados, por lo que la situación no se está agravando, sino
todo lo contrario.
El informe concluye que las
regiones del noroeste de la península Ibérica manifiestan comportamientos muy
parecidos, se enfrentan a pérdidas de población, tasas de natalidad muy bajas y
altos niveles de envejecimiento. Por esta razón, los expertos insisten en que
la alianza entre comunidades es fundamental para desarrollar políticas adecuadas.
Además, apuestan por impulsar pactos suprarregionales y reivindicar acciones a
escala europea que permitan articular acciones efectivas para hacer frente a los
desafíos actuales.
Nota de prensa de la presentación del informe el 2 de octubre de 2014
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